Con un llamado a la paz y una marcha
para lograrla, Enrique Alfaro Ramírez busca engañar al electorado y crecer en
las simpatías de cara al primero de julio, cuando es evidente que él es el candidato
más violento de los cinco que participan en la elección de Gobernador de
Jalisco.
Enrique engaña, agrede, traiciona, miente,
manipula, chantajea, difama y en faceta de tirano ha llegado al extremo imponer
sus puntos de vista, así sea lanzando amenazas de muerte en contra de quienes
no piensan como él.
La historia así lo juzga y es verdad, no
tiene un pelo de tonto. Por la mañana tiende la mano y por la tarde da una
bofetada; un día firma un compromiso y al día siguiente lo desconoce; hoy
recibe apoyo y minutos después traiciona.
Enrique Alfaro Ramírez, candidato del
Partido Movimiento Ciudadano, es con mucho el candidato más violento de los que
toman parte en la contienda y por ello causa extrañeza que sea él justamente
quien convoque a una marcha por la paz a celebrarse este domingo 27 de mayo,
partiendo a las 18 horas de La Normal y del Parque de la Revolución, para
llegar a las 19 horas a la Plaza de la Liberación, en el primer cuadro de
Guadalajara.
De sus gestos violentos y de lo que se
puede esperar el día de la jornada electoral dan testimonio analistas
políticos, ex compañeros de partido y las páginas de los medios de comunicación
impresos en donde han quedado plasmadas sus ilegalidades.
“Te voy a
romper tu madre”
Un ejemplo real que retrata al Enrique
Alfaro de carne y hueso, ocurrió exactamente hace tres años cuando en mayo del
2009 en la cercanía de la elección de munícipe (que posteriormente ganó con el
apoyo del PRD y se convirtió en alcalde de Tlajomulco de Zúñiga) se incomodó
con una nota del periodista Gerardo Romero, a quien le recriminó así: “Te
acepto toda la crítica… pero de una vez te lo voy a decir, si vuelves a
inventar una pendejada de mí, re voy a romper tu madre, así de claro, para que
te quede claro y es la última vez que te lo digo y ahí la dejamos…”.
Esta
amenaza fue grabada por el comunicador, quien temiendo por su vida la compartió
con un grupo de periodistas para saber a quién responsabilizar en caso de que
le ocurriera algo a él o a su familia.
Tres años después, Alfaro Ramírez pretende
cambiar la historia y hacerse pasar por una víctima de la violencia y para ello
convocó a participar en la marcha a los militantes de su Partido Movimiento
Ciudadano (antes Convergencia), ya que se dice agredido tanto por el PRI.
La
convocatoria la lanzó dos días después de que a las puertas de la casa de su
coordinador de campaña, Clemente Castañeda, se encontró una bolsa negra con la
cabeza de un perro y un supuesto mensaje con amenazas.
Un día antes de la invitación a la marcha,
las páginas del periódico Milenio dieron cuenta de un desplegado firmado por el
diputado Raúl Vargas López, quien en su calidad de perredista le reclamó a
Enrique Alfaro su falta de palabra al no saber honrar los compromisos
adquiridos en su carrera política.
Trayectoria repleta de traiciones
En la carta abierta a la opinión pública el
legislador perredista hace una síntesis de las conductas que ha mostrado
Enrique Alfaro en su carrera política y concluye que se trata de una
personalidad bipolar, un sujeto que no sabe de acuerdos, que se maneja con base
en la traición y la mentira y que en definitiva no se puede confiar en él.
Habremos de recordar que la vida de Enrique
Alfaro está ligada estrechamente con la Universidad de Guadalajara, en donde su
padre fue rector y por tanto fue parte de vital de la gestación del sistema
educativo que hoy tanto critica.
Ni qué decir que mucho del poderío
económico del cual hoy goza la familia de Alfaro se capitalizó con base en los
ingresos, en el nivel de influencias y en la cercanía de su círculo social que
su padre supo hacer desde el sexenio que duró en el más alto cargo en la máxima
casa de estudios de Jalisco.
El PRI ha sido una doble víctima de Enrique
Alfaro. El PRI lo impulsó y lo cobijó como su candidato a presidente municipal
en Tlajomulco en el año 2003, contienda en la que perdió ante el panista Andrés
Zermeño y se quedó como regidor de oposición.
Después el PRI lo proyectó a una diputación
local y estando en el cargo se desligó del grupo parlamentario y dio muestras
de simpatía con la bancada perredista, a sabiendas de que Raúl Padilla ha sido
el líder moral de esa organización política.
Alfaro sacó provecho y el PRD lo postuló en
una segunda ocasión como candidato a la presidencia municipal de Tlajomulco en
el 2009 y una vez habiendo asumido el cargo, en menos de 100 días rompió
públicamente con Raúl Padilla, destituyó a decenas de funcionarios que pudieran
tener ligas con Padilla, con la UdeG o con el PRD y se entregó a los brazos del
gobernador Emilio González Márquez, quien le respondió con presupuestos
históricos para un municipio de esa magnitud.
El largo camino de traiciones continuó y al
PRI Jalisco lo engañó una vez más cuando le ofreció su retorno para convertirse
en candidato al Senado de la República, para dejarlo con un palmo de narices y
optar por convertirse en candidato a Gobernador por la izquierda.
Ahí se dio una más de las traiciones
que caracterizan a Enrique Alfaro, ya que por intermediación de Andrés Manuel
López Obrador conquistó la candidatura y firmó la coalición con el PRD, luego
de vencer mediante una encuesta al diputado Raúl Vargas López.
Y cuando ya todo estaba listo en Jalisco
para que históricamente la izquierda fuera unida, días antes del inicio de la
campaña rompe unilateralmente el compromiso de coalición con el PRD y opta por
ir sólo con el apoyo del Partido Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) y
del Partido del Trabajo, a pesar de que ambos partidos no cuentan con registro
estatal.
De última hora
Una nueva traición se gesta en la cabeza calva de Enrique
Alfaro y de ella se le escaparon algunos detalles
durante su reciente visita a la Universidad Panamericana, en donde con el ánimo
de quedar bien con los jóvenes estudiantes, se deslindó ideológicamente del
candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y del candidato al Senado
del Grupo Progresista, Esteban GaraizIzarra.
“No van a imponer aquí a la agenda del DF”,
dijo Alfaro en tono retador, refiriéndose a temas como el aborto, los
matrimonios entre personas del mismo sexo y la adopción de menores por parte de
estas parejas.
Vale la pena recordar que las diferencias
ideológicas a las que hizo alusión Enrique Alfaro Ramírez, es justamente con
Andrés Manuel López Obrador el personaje que le allanó el camino a la
candidatura al vencer en la capital del país al Grupo Universidad para que se
aceptara la encuesta como el método de selección de candidato, en donde venció
a Raúl Vargas.
El deslinde, por increíble que parezca, lo
hizo Enrique Alfaro también del líder de la agrupación política Alianza
Ciudadana, Esteban GaraizIzarra, el personaje que le dio ideología a su
candidatura, el que puso fin a su carrera en el IFE para sentar los cimientos
del proyecto político alfarista.
Alfaro no es de fiar.
Por su parte Andrés Valdez Zepeda,
investigador de la Universidad de Guadalajara, analizó al candidato del Partido
Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez, quien dio un golpe de timón en su
estrategia y asumió una postura totalmente pacifista, incluso convocó para el
próximo domingo a la celebración de una marcha por la paz, la concordia y la
esperanza.
Explicó que Enrique Alfaro por la mañana tiende la mano y en la
tarde da una bofetada y esto indudablemente genera desconfianza de parte de
algunos actores políticos e indudablemente estos factores habrán de tener un
costo político para Alfaro.
Dijo que las contiendas políticas
generalmente se ganan en el centro, no en los extremos y lo que se quiere como
estado y como nación, son gobiernos modernos que busquen la conciliación
nacional y no polaricen al estado ni al país, “yo creo que ese es el
sentimiento de la mayoría de los mexicanos, gobiernos radicales de ultraderecha
o de ultraizquierda, no son bien vistos por la mayoría de los ciudadanos, por
ello es un error radicalizarse en una campaña y ese ha sido un error de
Alfaro”.
Puso por ejemplo el caso de Andrés Manuel
López Obrador, que ha tratado de moverse al centro, acercándose a las clases
empresariales y a la clase media, tratando de vincularse con esta clase social
que en el 2006 estuvo en su contra.
“Creo que Alfaro debe aprender de esa
experiencia y finalmente los dichos y los hechos, hay algunos sectores sociales
que no le tienen confianza porque un día se logra un acuerdo y al día siguiente
lo destruye; eso en la política no es bien visto y no genera confianza”,
planteó finalmente el investigador del CUCEA, Andrés Valdez Zepeda.
"Alfaro es candidato de Emilio"
En las últimas semanas, la campaña de
Enrique Alfaro se ha concentrado exclusivamente en la promoción de su imagen.
Resulta sospechoso que en su discurso ya no pida el voto por su anterior aliado
Andrés Manuel López Obrador. Prueba de ello, son los mensajes que compartía
Alfaro a través de las redes sociales, expresando un entusiasta apoyo al
candidato presidencial de las izquierdas, del cual ahora ya no habla.
Cada vez son más
frecuentes y evidentes los rumores que sostienen que Enrique Alfaro es el
candidato de Emilio. La propia campaña gris que no termina por arrancar de
Fernando Guzmán, refleja la falta de apoyo por parte de los principales
liderazgos panistas del estado, así como de los influyentes miembros del
gobierno del estado de Jalisco.
Diversas fuentes
señalan que la apuesta de Emilio desde hace varios años ha sido Enrique Alfaro,
lo anterior se confirma con la gran cantidad de apoyos que recibió Alfaro para
realizar una gestión desahogada en recursos, contraria a lo que padecieron
todas las administraciones municipales. Por otra parte, Enrique Alfaro aprueba
estos rumores, al omitir inexplicablemente de su discurso “ciudadano y de
izquierda” una crítica puntual a la desastrosa gestión y a los pésimos
resultados del Gobierno panista encabezado por González Márquez.
Sin duda, en el
transcurso de los próximos días, será cada vez más notorio que Alfaro es el
verdadero candidato de Emilio.
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Antena Noticias / Roberto
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